NACIONALIZACION DE LA BANCA MEXICANA
1 de septiembre de 1982

José López Portillo nacionalizó la banca mexicana

   La vida de José López Portillo, (1920 -), político mexicano, presidente de la República (1976-1982). Nació en Ciudad de México, en el seno de una familia de destacados políticos y juristas, y estudió derecho y ciencias políticas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Escritor, profesor y abogado de éxito, entró en el servicio público en 1959 y desempeñó varios cargos. Como secretario de Hacienda (1973-1975) del presidente Luis Echeverría Álvarez, reformó la estructura tributaria de México, incrementando sustancialmente los ingresos del gobierno. Designado sucesor de Echeverría por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) de México, fue elegido presidente de la República en 1976. Su administración estuvo marcada por sus esfuerzos para aprovechar los inmensos recursos petroleros de México y por lograr una mayor independencia económica de Estados Unidos. Promovió la denominada Alianza para la Producción, promulgó una ley de amnistía política, y en el campo de las relaciones internacionales restableció las relaciones diplomáticas con España, convocó una importante reunión Norte-Sur y propuso en la Organización de Naciones Unidas (ONU) un Plan Mundial de Recursos Energéticos. También introdujo importantes cambios en la Cámara de Diputados, al incrementar el número de miembros a 400, teniendo en cuenta que al menos 100 de ellos deberían ser miembros de partidos de la oposición. De este modo, logró que pudieran ser oídas las demandas de los partidos más pequeños y no sólo las del PRI, que había dominado la vida política de México desde 1929. Sin embargo, en 1982, su gobierno perdió prestigio, debido a la corrupción y a la enorme deuda exterior, contraída por los fuertes préstamos internacionales. Una de sus últimas medidas fue la nacionalización de los bancos privados.

José López Portillo 1º de septiembre de 1982

El presidente ante el honorable Congreso de la Unión, él dio su informe en el cual el habla de muchos factores, él decía que todo llega y pasa; termina y empieza, ya que pronto terminaría su mandato que le había otorgado el pueblo de México para ejercer su Poder Ejecutivo. En el que protestaba hacerlo con lealtad y patriotismo, ya que é decía haber cumplido la constitución con honor y lealtad, cuidar de las libertades de los mexicanos, y sus derechos sociales; cuidando la unión, preservando la institución como estructura ordenada de cambio, fuente legítima para dirimir toda controversia y desterrar la violencia y sus peligros, y comentaba que después de haber servido a la patria, la amó más entrañablemente a la patria, total que empezó a halagar a México y su patria. México es mucho más que conyutura crítica. Y ante el informe presentó el tema de la crisis, la cual afirmó categóricamente:

Nacionalización de la Banca

Lo importante viene ahora, hemos identificado los grandes males:

Primero los externos: un desorden económico internacional que castiga a los países en desarrollo, con factores monetarios, financieros, comerciales, tecnológicos, alimentarios y energéticos expresados muy claramente en la reunión de Cancún, y que tienen, forzosamente que ser resueltos en negociaciones globales, como está propuesto a la Naciones Unidas. Es urgente. De otro modo los problemas se agravarían a extremos impredecibles.

Después los internos: Aquí adentro fallaron tres cosas fundamentalmente:

La conciliación de la libertad de cambios con la solidaridad nacional y altamente especulativa. La concepción de la economía mexicanizada, como derecho de los mexicanos sin obligaciones correlativas; el manejo de una banca concesionada, expresamente mexicanizada, sin solidaridad nacional y altamente especulativa.

Ello significó que en unos cuanto años, sustanciales recursos de nuestra economía generados por el ahorro, por el petróleo y la deuda pública, salieran del país por el conducto d los propios mexicanos y sus bancos, para enriquecer más a las economías externas, en lugar de canalizarse a capitalizar al país conforme a las prioridades nacionales. Nuestra debilidad, por el camino de la desconfianza y ambición, nos hizo más débiles, y más fuerte a los fuertes.

Se pudo afirmar que en unos cuantos, recientes años, ha sido un grupo de mexicanos, sean los que fueren, en uso de derechos y libertades pero encabezados, aconsejados y apoyados por los bancos privados, el que ha sacado más dinero del país, que los imperios que nos han explotado, desde el principio de nuestra historia.

Tenemos que organizarnos para salvar nuestra estructura productiva y proporcionarle los recursos financieros para seguir adelante; tiene que detener la injusticia del proceso perverso fuga de capitales – devaluación – inflación que daña a todos, especialmente al trabajador; al empleo y las empresas que lo genera.

Estas son nuestras prioridades críticas.

Para responder a ellas he expedido en consecuencia dos Decretos: uno que nacionaliza los bancos privados del país y otro que establece el control generalizado de cambios, no como una política superviviente del más vale tarde que nunca, sino porque hasta ahora se han dado las condiciones críticas que los requieren y justifican. Los decretos respectivos se publican hoy en el Diario Oficial. Como complemento, someto a la consideración de esta soberanía, iniciativa de ley que convierte al Banco de México en organismo público descentralizado del Gobierno Federal; dejará de ser sociedad anónima.

Con la nacionalización de la banca, se termina la concesión a los particulares, para incorporar el servicio directamente a la Nación. Obviamente, la nacionalización irá acompañada de la justa compensación económica a los actuales accionistas, conforme a derecho. Lo importante es urgente. Cuidaremos también con particular esmero la situación y los intereses de los depositantes y clientes de la banca mexicana, así como los del público en general. El dinero y valores de cada depositante en un banco mexicano, se han mantenido siempre seguros, porque el Gobierno ha estado detrás de todos y cada uno de los bancos para garantizar esa seguridad. Con mayor razón estarán ahora seguros los depósitos en los bancos mexicanos.

Que quede claro: No serán afectados d ningún modo el dinero, ni los valores propiedad de los usuarios del servicio público de la Banca; ni los fondos o fideicomisos administrativos por ésta; ni lo depositados en las cajas de valores. La banca extranjera, sus representantes, las organizaciones auxiliares de crédito y el Banco Obrero, no son sujetos de expropiación o afectación alguna. Los derechos de los trabajadores del sistema bancario serán respetados. El viejo anhelo de crear un sindicato bancario podrá fructificar, como ocurre en la mayor parte de los países del mundo.

La banca seguirá funcionando normalmente. Su administración sólo ha revertido a las manos de quien la concesionó: el Estado mexicano. Primero lo que a todos conviene. Después lo demás. En este caso el Gobierno no sólo está eliminando un intermediario, sino a un instrumento que ha probado más que suficientemente su falta de solidaridad con los intereses del país y del aparato reproductivo.

La banca privada mexicana y mexicanizada – eso es lo más doloroso -, ha propuesto el interés nacional y ha fomentado, propiciado y aun mecanizado las especulaciones fuga de capitales. Frente a los daños de la especulación y falta de apoyo a las actividades productivas, sería incongruente poner las medidas correctivas, en manos de sus defensores y de quienes tienen intereses creados en torno a ellas. Se dirá que se ha repetido ya mucho que el Gobierno tenía los instrumento sobrados para controlar la banca privada. Hoy tomemos de confesar que así lo creímos, pero que no fue así. Una dolorosa historia nos la ha enseñado. Por ello llegamos a la situación financiera caótica y contradictoria en la que nos encontramos. En suma, se nacionalizó la banca privada, y con el control de cambios, se programará mejor lo que el trabajo y el ahorro de los mexicanos, el petróleo, otras exportaciones y el financiamiento, nos significa. La Nación se beneficiará. Cumpliremos estrictamente nuestros compromisos nacionales e internacionales; se importará sólo lo necesario; se viajará lo indispensable. Con esta medida, combatiremos a la especulación abierta y hasta institucionalizada. Le quitaremos a la inflación los abundantes impactos especulativos que hemos venido padeciendo, tan sólo porque los márgenes de intermediación bancaria y la demanda de dólares fue brutal, envenenando nuestra economía. Las resoluciones de nacionalizar a la banca y de implantar el control de cambios, han costado muchos trabajo; pero todos debemos estar convencidos de su imperiosa necesidad.

Respuesta del Presidente del Congreso, Humberto Lugo Gil,

al sexto informe del presidente López Portillo

Señor Presidente José López Portillo:

Su informe está en efecto, lleno de respuesta. Respuesta directa, sin ambages, a muchas de las preguntas que todos nos formulamos, a muchas de las interrogantes que están en la calle. Reconocemos y respetamos en el informe, esta actitud valiente que sintetiza los propósitos y las dificultades de un régimen, y la verdad de un hombre, empeñado en cumplir hasta el último día de su mandato, con la obligación y el derecho de informar y explicar al pueblo. Esta fecha está ya en la historia. Hay un México de antes de la nacionalización de la banca, y un México después de la nacionalización de la banca. Lo que este México nuevo sea, depende del buen juicio de muchos mexicanos. Usted ha subrayado, Presidente López Portillo, que no debe verse como influencia de extremismos políticos, sino como solución arraigada en nuestra Constitución y nuestra Revolución. Respuesta final a una larga cadena de acciones de esa banca que se tradujeron en un funcionamiento inverso a las necesidades de nuestro desarrollo. En efecto ¿para qué son los bancos? Sobre todo para canalizar el ahorro a fines productivos y a satisfacer necesidades sociales. Los fondos ahorrados en los bancos, al moverse por los canales del crédito, son capital para las empresas que generan empleos, bienes y servicios. Entendemos y apoyamos los propósitos económicos de esos decretos, de esa política, Las empresas del país podrán volver a encontrar fondos para crecer y producir, para crear nuevos empleos, para modernizarse y abaratar su producción. Los que no tuvieron solidaridad con México, los que no vieron sólo por su interés personal, los que no quisieron ver que, uno por uno, eran millones que sacaban su riqueza y restaban millones de millones a los recursos de la nación, dirán que no somos patriotas. Mañana, hoy mismo, se escucharán voces airadas y las expresiones de descontento y aun de condena. Se inició, sin duda, una etapa en nuestro proceso histórico. Efectivamente estamos acelerando el proceso revolucionario, pero es importante afirmar que lo hacemos desde las instituciones, enmarcados en ellas; por eso, esta representación nacional apegada a las normas que nos rigen, recibirá los documentos aquí ofrecidos y procederá a integrar una comisión encargada de investigar y analizarlos; igualmente con gran interesé recibiremos la iniciativa que propone convertir al Banco de México en organismo público descentralizado, y la que contenga las medidas fiscales que de ser necesarias se propongan, y nos comprometemos a colaborar con los otros dos Poderes de la Unión para instrumentación jurídica de las acciones que la situación demande...

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(Escuela Cima)