MAYAS
El pueblo
maya-quichè resultò de la mezcla de los olmecas con
inmigrantes venidos del este, quizà pertenecientes a la raza
caribe, las màs fuerte de las que habitaban las regiones del mar
de la Antillas. Los maya-quichès habitaron primero en las
comarcas del istmo de Tehuantepec y despuès emigraron a la
penìnsula de Yucatàn.
Fueron hombres muy cultos. Mejoraron grandemente la
alimentaciòn. De la harina de maìz hacìan
tortillas, tamales, atole y otras cosas. Con maìz y cacao
mezclados con miel hacìan rico chocolate. Cultivaban legumbres y
verduras; cazaban conejos, aves, iguanas y venados, y pescaban en gran
escala.
Mejoraron y embellecieron el vestido, que fabricaban con
tejidos de slgodòn y adornaban artìsticamente. Se
cubrìan toda la cabeza con extrañas màscaras y se
ponìan sobre ella esplèndidos penachos de plumas.
Construìan chozas de ramaje, casas de adobe y palacios de piedra.
Los territorios que habitaron los ma-quichès
aparecen materialmente sembrados de soberbios monumentos, que forman
verdaderas ciudades en diversos lugares de Honduras, Guatemala, Chiapas
y la penìnsula de Yucatàn.
De estas ciudades son famosas: Copàn, Quirigua,
Tikal, Palenque, Yaxchillàn y Piedras Negras, situadas en el
istmo, donde tambièn se ha encontrado Bonampak, cuyas
esplèndidas pinturas al fresco han causado el asombro del mundo
culto.
Pero es en la penìnsula de Yucatàn donde se
encuentran las màs grandes y hermosas de dichas ciudades,
descollando sobre todo la interesantìsima Uxmal y la
imponderable Chichèn-Itzà. Esta regiòn constituye
sin duda una de las zonas arqueològicas màs importantes
del mundo.
Allì se admiran ejemplares tan bellos como el
Templo de los Guerreros, el de los Tigres, el Castillo del Adivino, la
Casa de las Monjas y el Palacio del Gobernador.
Los grandes edificios de la Amèrica precolombina
tienen casi siempre forma piramidal o rectangular muy sòlida,
pues sus muros son muy espesos y pesados. Los antiguos mexicanos y
americanos en general no solìan manejar las formas circulares,
por esta causa no llegaron a descubrir la rueda.
Por mucho tiempo, los historiadores creyeron que en
Amèrica no hubo formas redondas en los edificios hasta que los
españoles, trajeron la bòveda europea. Este error se
desvaneciò cuando fue descubierto el CARACOL, tambièn
llamado OBSERVATORIO, formidable torre cilìndrica, rodeada de
una poderosa construcciòn rectangular con escalinatas en sus
caras exteriores.
Ya este interesante ejemplar bastarìa para mostrar
la originalidad y grandes recursos tècnicos de los arquitectos
mayas; pero ademàs se encuentran arcadas en otros monumentos, lo
que permite suponer que sin la ruina del imperio maya en el siglo XIV,
este pueblo hubiera realizado nuevos progresos en el arte
arquitectònico.
La contemplaciòn de los grandiosos monumentos
maya-quichès, con sus lìneas pesadas, pero armoniosas,
produce una impresiòn de asombro, impregnada del màs
hondo respeto a los ignorados titanes del arte que los construyeron y
al pueblo que los hizo posibles con su profunda religiosidad.
Pero al acercarse a sus ciclòpeos muros, la
maravilla sube de punto al ver los magistrales dibujos en relieve que
los adornan. Todas las figuras geomètricas pueden admirarse en
aquellas soberbias ornamentaciones, formando combinaciones
brillantìsimas, y se encuentran tambièn figuras de
personas y animales, o mixtas, hojas de plantas y otros motivos.
En la mayor parte de las estaciones arqueològicas
maya-quichès subsisten restos bien conservados del
esplèndido arte decorativo de este pueblo; y muchos museos de
Amèrica y de Europa poseen ejemplares notabilìsimos de
diversos monumentos, ya del istmo, ya de Yucatàn.
No sòlo en arquitectura fueron grandes los
maya-quichès. Tambièn practicaron las demàs artes:
escultura, pintura, joyerìa, ceràmica, poesìa,
mùsica...Asimismo fueron habilìsimos en la industria de
la madera y la piedra y trabajaron algunos metales, como el oro, la
plata, el plomo, el cobre y el estaño.
Por ùltimo, alcanzaron el màs alto grado de
saber que se conociò en Amèrica antes del descubrimiento.
Sus sacerdotes conocìan las plantas medicinales, observaban los
movimientos de los astros; sabìan aritmètica y
geometrìa, medìan los terrenos y poseìan uns
escritura jeroglìfica.
Pero sobre todo, sabìan medir el tiempo con una
precisiòn asombrosa. Su año se componìa de 20
meses de 18 dìas y cinco sueltos. Tenìan otro año
religioso de 260 dìas, que combinaban muy bien con el de 365.
Ambos comenzaban en el mismo dìa cada 52 años mayores, o
sean 73 menores. Tambièn tenìan en cuenta los movimientos
del planeta Venus.
La religiòn de los maya-quichès era
politeìsta. Son religiones politeìstas aquellas en que se
adoran varios dioses. Pero los dioses mayas no eran simples
ìdolos o fetiches hijos de la supersticiòn y el miedo,
sino verdaderos seres superiores, organizados en categorìas,
segùn la significaciòn y el poder que se les
atribuìa.
Los principales de
estos dioses eran Itzamnà y
Kukulkàn. Itzamnà, cuyo nombre significa "Rocìo
del Cielo", vino del Oriente y fundò las ciudades de Itzmal y
Chichèn-Itzà. Su sabidurìa era inmensa.
Inventò los nombres de lugares, plantas, animales y personas, la
deida del tiempo, la escritura y la religiòn de los astros.
Kukulkàn, representado por una serpiente emplumada, como
Quetzalcòatl, procedìa del Anàhuac y era un gran
educador y bienhechor. Fundò Mayapàn y diio al pueblo
maya sabias leyes.
Los maya-quichès creìan que el alma era
inmortal y que los grandes dioses premiaban a los buenos y castigaban a
los malos despuès de la muerte.
Los maya-quichès vivieron casi siempre dividios en
pequeños Estados que se hacìan la guerra sin cesar. Esta
incapacidad para unirse y organizarse disminuyò mucho su poder.
Eso pasa siempre; pero la historia de los maya-quichès lo
prueba, pues una vez que se unieron llegaron a ser muy poderosos.
Ocurriò este importante suceso hace ocho siglos
poco màs o menos; los tres reinos màs importantes,
Chichèn-Itzà; Mayapàn y Uxmal se aliaron y
fundaron la llamada DEFERACIÒN DE MAYAPÀN.
Cada una de las tres ciudades conservò sus leyes,
su monarca y su vieja categorìa; pero resolvìan en
comùn los problemas generales del paìs, y por espacio de
un siglo o màs, todos los pueblos maya-quichès vivieron
unidos en un solo Estado fuerte y progresivo.
Fue en esta èpocacuando se construyeron los
màs grandiosos monumentos. Despuès se reprodujeron las
antiguas rivalidades, y cuando llegaron los españoles
habìa nada menos que 19 cacicazgos, atrasados y debilitados.